Por Javier de Rivera
¿Qué son realmente las redes sociales? Para responder a esta pregunta Robert Gehl realiza lo que él llama una “ingenierÃa inversa del social mediaâ€. Al igual que si desarmáramos una máquina para ver cómo está hecha, Gehl recorre el camino inverso de producción y construcción de las nuevas plataformas socio-tecnológicas de moda. [Leer reseña completa en Teknokultura]
El tÃtulo completo de su último libro nos da una mayor idea de los elementos que esto incluye: Reverse Engineering Social Media: Software, Culture and the New Media Capitalism. En primer lugar, tenemos el software, ya que después de todo las redes sociales son básicamente programas, o para ser más exactos, estructuras informacionales que utilizamos para relacionarnos socialmente. Tienen por lo tanto un componente más allá de lo técnico que incluye a las relaciones sociales, y a “la culturaâ€, el conjunto de normas, valores e ideas compartidas que hace que nos podamos entender unos a otros. Por último, nos da una buena pista de su enfoque de investigación: las redes sociales aparecen y tienen sentido en un entramado polÃtico-económico del capitalismo de los nuevos media.
Lo más interesante del libro es el modo en que articula la metodologÃa marxista de análisis de las relaciones de producción para explicar el funcionamiento de las redes sociales. Desde este enfoque, los usuarios de redes sociales estamos trabajando para enriquecer la estructura tecnológica e informacional de las redes sociales. Éstas dejan de ser “solo un programa†cuando acudimos a ellas, y las llenamos de información sobre nuestros gustos, nuestras relaciones, nuestro último viaje, etc. Se convierten en algo más, las “enriquecemosâ€. Nuestro trabajo cognitivo-emocional en ellas genera una plusvalÃa (de información) que se queda almacenada a disposición de los gestores del sistema.
En este esquema, el capital económico -entendido comúnmente como la acumulación de dinero- se traduce por una acumulación de información que alimenta un gran “archivo†informático, que otorga a quien lo controla más poder del que podrÃa dar el dinero. Primero, esta información permite a quien la tenga conocer mejor el mundo social. Segundo, y más importante: desde el momento en que millones de personas estamos enganchadas a intercambiar información online, esta actividad se convierte en algo central en nuestras vidas, y quien controla sus dinámicas puede controlar nuestra percepción y nuestros deseos.
Para entender mejor esta casi equivalencia entre dinero e información, tenemos que recurrir al concepto (marxista) de “abstracción realâ€: cuando todos tomamos por cierta una idea abstracta, ésta resulta real en sus consecuencia. El dinero es un buen ejemplo, ni abriga, ni sirve de alimento, pero se puede pagar con él siempre que todos sigamos aceptando que tiene valor. Por ello, el dinero regula nuestras relaciones de forma impersonal y abstracta, pero que en la práctica resulta muy eficaz y muy real.
Como decÃa Marx en Los Grundise: “[Hoy] los individuos están gobernados por la abstracción, cuando antes [en la antigüedad] dependÃan directamente unos de otrosâ€. En la economÃa capitalista, es el dinero -la abstracción del valor- lo que gobierna y condiciona las relaciones entre las personas. En esta nueva etapa de capitalismo tecnológico, además del dinero, el software de las redes sociales, con toda su información y sus sistemas de regulación, representa otro tipo de “abstracción real†(más poderosa, si cabe, que el dinero) que media en nuestras relaciones, y de forma sutil condiciona lo que vemos y lo que podemos decir.
Reseña completa: Gehl, R. (2014). Reverse Engineering Social Media: Software, Culture and Political Economy en New Media Capitalism.
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