La Distinci贸n

 

Al no poseer el capital cultural incorporado que es la condici贸n de la apropiaci贸n adecuada (seg煤n la definici贸n leg铆tima) del capital cultural objetivado en los objetos t茅cnicos, los trabajadores ordinarios est谩n dominados por las m谩quinas y por los instrumentos a los que sirven m谩s que de los que se sirven, y por los que poseen los medios leg铆timos, es decir te贸ricos, para dominarlos (p. 395).

Pierre Bourdieu, La Distinci贸n. 1979.

En este fragmento, Bourdieu diferencia entre el capital cultural in-corporado en el sujeto (conocimiento) y el capital cultural objetivado en el objeto t茅cnico, siendo el primero un activo que habilita a su portador para usar y aprovecharse de las posibilidades del segundo. De ese modo, el capital cultural objetivado (la herramienta, la m谩quina) funciona como un pasivo al servicio del poseedor del capital cultural incorporado (el administrador), cuya voluntad y objetivos se imponen sobre 鈥渓os trabajadores ordinarios鈥 por mediaci贸n de la tecnolog铆a. Los objetos t茅cnicos portan el capital cultural de sus dise帽adores-productores, que se pone al servicio de quien posee el capital cultural incorporado (conocimiento) necesario para apropiarse de ellos en la pr谩ctica. As铆, el 鈥渢rabajador ordinario鈥 se convierte en un 鈥渦suario usado鈥, un engranaje m谩s de la maquinaria de producci贸n que est谩 controlada desde otro lugar, por parte de aquellos que dominan la l贸gica de la f谩brica. O en t茅rminos marxistas, la reificaci贸n del trabajador permite su alienaci贸n a los intereses de la 茅lite.

Adem谩s, esta forma de dominaci贸n mediada por la tecnolog铆a habilita ret贸ricas pol铆ticas que pueden ocultar la verdadera agencia humana y social detr谩s del orden social. De forma similar a c贸mo los discursos culturales sobre la conformaci贸n del mundo presentan las relaciones de dominaci贸n como relaciones sagradas o de necesidad, los medios t茅cnicos permiten ocultar nuevas relaciones de dominaci贸n bajo la forma de condiciones estructurales materiales. La diferencia entre ambos mecanismos es que el primero opera solo a nivel simb贸lico, precisando de la aceptaci贸n pasiva de los discursos dominantes por parte de la poblaci贸n, mientras que el segundo opera, adem谩s de al mismo nivel simb贸lico aunque con menor carga de sentido, tambi茅n en un nivel material que directamente se impone a la realidad cotidiana del trabajo, del consumo y de la existencia misma.

 

 

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