En el año 2037, Google E-Government ha conseguido acabar con los movimientos sociales, criminalizar el activismo y eliminar cualquier expresión de pensamiento subversivo.
Google E-Government es la inteligencia artificial que gestiona todos los sistemas sociales: la sanidad, la justicia, la educación, la economía, la seguridad, el tráfico, etc. … Todos los datos están centralizados y son analizados para optimizar la gestión de la sociedad de acuerdo con los principios de maximización del beneficio. La privacidad es una utopía
Así empieza el manifiesto del Hackmeeting 2017 que se celebró en octubre en el centro social La Ingobernable de Madrid. El texto recrea una distopía del futuro desde la que una Inteligencia Artificial envía un mensaje a “las hackers del pasado”, a quienes llama a construir la resistencia contra la deriva totalitaria que se esconde detrás de los sistemas de la gestión centralizada de la información digital.
Registrar información es mucho más que describir la realidad, supone crearla y darle forma. Ser ciudadano es aparecer como tal en las bases de datos de un Estado y tener dinero consiste en un apunte contable a nuestro favor en las listas del sistema bancario. Quien produce y gestiona todos estos registros controla la sociedad. Quizás por eso Jacques Derrida dice que las instituciones, públicas y privadas, tienen “mal de archivo” (1997), un obsesión por acumular información y poder sobre el mundo.
En este contexto, la tecnología digital ha cambiado radicalmente el modo en que se producen y gestionan los archivos de la sociedad. Internet nos provee de enormes bases de datos interconectadas en las que se crean y acumulan datos a medida que el público interactúa con ellas. El volumen global de información aumenta, y con ella el potencial de poder. La aparente libertad de que cualquiera pueda producir información online se contrarresta con la acumulación de poder por parte de las corporaciones que crean y gestionan la infraestructura que hace posible la Red.
A través de las tecnologías digitales se están abriendo nuevos espacios de existencia, en los que convivimos y nos relacionamos, y poco a poco su influencia se extiende como una “malla de inteligibilidad” sobre el mundo. Por fuera, el espacio físico ha sido ya mapeado en su totalidad con satélites y cámaras sobre el terreno, y los sujetos que lo habitamos aparecemos como puntos en movimiento, registrados por nuestros dispositivos móviles. Por dentro, el espacio de nuestras emociones, pensamientos y relaciones también es mapeado con el registro de nuestras comunicaciones y del movimiento de nuestra atención cuando navegamos en Internet.
Atrapados en la Red: Privacidad y nuevo orden mundial.
Por javier de rivera
Artículo publicado en el número 02 de la Revista Ajoblanco (Invierno 2018): Atrapados en la Red[Descargar el PDF no maquetado]
En el año 2037, Google E-Government ha conseguido acabar con los movimientos sociales, criminalizar el activismo y eliminar cualquier expresión de pensamiento subversivo.
Google E-Government es la inteligencia artificial que gestiona todos los sistemas sociales: la sanidad, la justicia, la educación, la economía, la seguridad, el tráfico, etc. … Todos los datos están centralizados y son analizados para optimizar la gestión de la sociedad de acuerdo con los principios de maximización del beneficio. La privacidad es una utopía
Así empieza el manifiesto del Hackmeeting 2017 que se celebró en octubre en el centro social La Ingobernable de Madrid. El texto recrea una distopía del futuro desde la que una Inteligencia Artificial envía un mensaje a “las hackers del pasado”, a quienes llama a construir la resistencia contra la deriva totalitaria que se esconde detrás de los sistemas de la gestión centralizada de la información digital.
Registrar información es mucho más que describir la realidad, supone crearla y darle forma. Ser ciudadano es aparecer como tal en las bases de datos de un Estado y tener dinero consiste en un apunte contable a nuestro favor en las listas del sistema bancario. Quien produce y gestiona todos estos registros controla la sociedad. Quizás por eso Jacques Derrida dice que las instituciones, públicas y privadas, tienen “mal de archivo” (1997), un obsesión por acumular información y poder sobre el mundo.
En este contexto, la tecnología digital ha cambiado radicalmente el modo en que se producen y gestionan los archivos de la sociedad. Internet nos provee de enormes bases de datos interconectadas en las que se crean y acumulan datos a medida que el público interactúa con ellas. El volumen global de información aumenta, y con ella el potencial de poder. La aparente libertad de que cualquiera pueda producir información online se contrarresta con la acumulación de poder por parte de las corporaciones que crean y gestionan la infraestructura que hace posible la Red.
A través de las tecnologías digitales se están abriendo nuevos espacios de existencia, en los que convivimos y nos relacionamos, y poco a poco su influencia se extiende como una “malla de inteligibilidad” sobre el mundo. Por fuera, el espacio físico ha sido ya mapeado en su totalidad con satélites y cámaras sobre el terreno, y los sujetos que lo habitamos aparecemos como puntos en movimiento, registrados por nuestros dispositivos móviles. Por dentro, el espacio de nuestras emociones, pensamientos y relaciones también es mapeado con el registro de nuestras comunicaciones y del movimiento de nuestra atención cuando navegamos en Internet.