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Pudor en redes sociales
“Pudor en redes sociales” es la primera búsqueda de google que me redir
ige una entrada al blog. El navegante se encontró con un artículo sobre Faceboom y cerró la ventana en el segundo 1. Pero aún así es un gran evento para la historia del blog, así que le voy a dedicar un artículo al tema:
Antes de empezar, hay que decir que “pudor” es una palabra paradójica, además de cursi. Es como “ñoño”, el que usa “ñoño” para describir algo se vuelve automáticamente “ñoño” él sí mismo. Así, el que habla de “pudor” siente “pudor” al hacerlo. Pudor… vaya keyword que ha salido!!
Cuando entramos en una red social compartimos información con un mucha de gente, que normalmente hemos agregado previamente a nuestro perfil como ‘amigos’.
Todos estos ‘amigos’ reciben notificación de nuestras actualizaciones: ya sean escritos en la cajita “qué estas haciendo” o “qué estas pensando”, fotos, vínculos con otras personas, etc. Lo que hace el sistema es aglutinar a todos tus contactos, lo cual es positivo porque te permite mantener el contacto con todos ellos al tiempo, pero puede dar cierto corte a la hora de ‘expresarse’, porque lo que es apropiado para unos, puede no serlo para otros.
Una opción que es agregar sólo a la gente más cercana, hay usuarios de Facebook que tienen 17 o 30 amigos nada más. Aunque Facebook dice que la media está en 100 amigos y ¡comunicarse con 100 personas a la vez no es lo mismo que hacerlo con 10! Es casi como hablar en público ante un salón lleno de gente y con cámaras de televisión enfocándote. A algunas personas, les gusta mostrarse así y a otras les da vergüenza.
(Vergüenza es mucho mejor palabra que ‘pudor’, definitivamente: no es paradójica y ¡tiene diéresis!! En el artículo anterior las usé juntas, para diluir un poco la cursilería.)
Por eso, la mayoría de la gente no escribe nada, y se queda simplemente al acecho de las noticias y cotilleos de los demás. Conscientes de esto, redes como Facebook, ofrecen multitud de programas absurdos para atraer al personal y generar temas de conversación. Algunos pueden resultar más o menos graciosos al principio, pero todos son absurdos en sí mismos (menos las galletas de la fortuna, que pertenecen a una ancestral tradición china), y su único objetivo es estimular la interacción entre usuarios que parece que no tienen nada que decirse.
Servirse de las aplicaciones absurdas, puede estar bien para romper el hielo, pero si la interacción se queda ahí… vaya fiasco, ¿no? Después de todo, el sentido de las redes sociales es relacionarse y ‘mostrarse’ a un determinado grupo de personas que a su vez ‘se nos muestran’ a nosotros. Personas que no siempre son exactamente “amigos”, pero ¡que por lo menos sea gente por la que sientas algo de aprecio! Para que no digan de ti eso de que: “Eres más falso que un amigo de Facebook”
Conclusiones:
Hay que tener en cuenta quienes forman parte de nuestro grupo de amigos, y ser conscientes de que nos estamos comunicando con todos a la vez, por lo que hay que ser un poco reflexivo, sin que por eso nos quedemos paralizados.
También, el problema puede ser que no sepamos muy bien quién somos realmente. La identidad se forma con el contacto con los demás, así que si tenemos un grupo cerrado y definido de referentes (como la familia o los amigos cercanos) es fácil sentirse identificado en ellos y tener la sensación de que se sabe quién se es. Pero cuando nos abren los límites con las nuevas tecnologías, perdemos el punto de referencia en el grupo cerrado y tenemos que construir nuestra identidad propia ante un público nuevo y difícil de controlar.
Los más jóvenes parecen hacer perdido esta vergüenza completamente, y se relacionan con más naturalidad en el ciberespacio (me gusta esta palabra, aunque sea un poco grandilocuente), y eso también puede tener sus contraprestaciones, aunque no sabría definirlas. De todas formas, la vergüenza es buena, porque es signo de que se es consciente de algo. Y como Adán y Eva, que al principio se avergonzaron, luego se lo pasaron mejor.
Ideas para otros posts:
Configuración de privacidad en redes sociales, para enterarse bien de con quién estamos compartiendo la infamación.
El tamaño de los grupos de amigos. ¿Por qué la gente agrega tantos? ¿Y cuáles son las estadísticas reales?
Construcción de la identidad en redes sociales.