El doble an谩lisis de la tecnolog铆a

Por Javier de Rivera

Cuando pensamos en la tecnolog铆a (o en cualquier otro tema) podemos hacerlo desde dos perspectivas o posiciones diferentes. Una de ellas es la personal/individual, lo que la cosa representa para las personas. La otra es la social/global, lo que implica y representa desde una perspectiva m谩s amplia y general.

Muchas veces caemos en pensar en las cosas en t茅rminos de “si son buenas o malas“, pero si queremos posicionarnos desde una perspectiva sociol贸gica no podemos partir del simplismo de “efectos positivos y negativos”. 驴Qu茅 es positivo y negativo a fin de cuentas?

Ese debate no es realmente sociol贸gico, sino filos贸fico y moral a largo plazo. Aunque desde la sociolog铆a – y desde las Ciencias Sociales que es de lo que en el fondo estamos hablando – podemos dar pistas y puntos de apoyo para posicionamientos morales o filos贸ficos mejor fundamentados, sobre datos y reflexiones complejas que dan perspectiva.

La perspectiva sociol贸gica per se es la que nos permite ver m谩s all谩 de lo cercano, buscando las conexiones entre las cosas y las l贸gicas que se ocultan tras de ellas. As铆, la tecnolog铆a, las redes sociales, los m贸viles, los coches, etc no son s贸lo cosas que usamos, sino elementos que forman parte de un todo (esto es de la Teor铆a Cibern茅tica) y condicionan el conjunto de ese todo.

Desde un punto de vista individual y personal, las tecnolog铆as son “buenas o malas” seg煤n el uso que les des, y si sabes usarlas (y que no te usen a trav茅s de ellas) sacar谩s provecho de ello… siempre en funci贸n de cu谩l sea tu objetivo. Conducir un coche es maravilloso, te lleva a cualquier sitio con plena libertad, es c贸modo y atractivo. Y si no lo quieres usar, siempre lo puedes dejar en el garaje.

Desde el punto de vista social o global los autom贸viles establecen nuevos patrones de transporte, y por lo tanto de conducta y de vida. Eso afecta a gran escala a los medios de producci贸n y de consumo, pues la din谩mica de transporte cambia. Las ciudades crecen a lo ancho, aumenta la contaminaci贸n atmosf茅rica, y los campos se llenas de carreteras y autopistas que cortan caminos y desincentivan el transporte por otros medios. Aparecen las ciudades dormitorio, de las que salen millones de trabajadores para conducir “c贸modamente” hacia su trabajo, crece el turismo, etc.

Con el coche vienen asociados muchos otros cambios, que no se derivan s贸lo del “invento”, sino del modo en que es socialmente implementado y entendido, de las l贸gicas que acompa帽an a su extensi贸n. Como la din谩mica fordista, una propuesta de trabajo asociada a un concepto de consumo y de sociedad que se introduce de la mano de este “invento”, promocion谩ndolo de paso.

En este sentido, las nuevas tecnolog铆as – o tecnolog铆as digitales – no son tan diferentes de cualquier otra tecnolog铆a. No es que “el m贸vil nos est茅 volviendo locos”, es que junto al m贸vil o a los Servicios de Red Social vienen asociadas l贸gicas, pr谩cticas, propuestas de consumo que se hibridan y comparten protagonismo con los artefactos moldeando nuestra conciencia individual y colectiva, adaptando la forma en que entendemos y pensamos el mundo a nuevos criterios.

Conclusiones simplistas del tipo “tienen cosas buenas y malas” o “hay que saber c贸mo usarlas” no responden a la pregunta 驴c贸mo debemos posicionarnos frente a cualquier nueva tecnolog铆a? Para responder a esto, debemos plantearnos qu茅 l贸gicas van asociadas a ella (a eso ayudan las Ciencias Sociales), qu茅 pensamos/sentimos respecto a esas l贸gicas (ah铆 necesitamos filosofar o sentir) y c贸mo podemos posicionarnos coherentemente en ese contexto.聽 Para eso 煤ltimo necesitamos un poco de todo.

 

 

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